sábado, 26 de marzo de 2011

Un Mundo de Diamantes



Salí de Moyobamba rumbo a Rioja y conocer sus encantos, un lugar que no se puede dejar de visitar es una caverna de caliza en la cual se han formado estalactitas y estalagmitas en su mayor parte.


Para llegar tuve que tomar un carro hacia Nueva Cajamarca y de ahí otro para ir a Naranjos y de ahí comenzar la caminata hacia la cueva, ese día el cielo estaba despejado y el calor fuerte, pero eso no era obstáculo para llegar a mi objetivo.


Después de aproximadamente una hora, se llegó a la entrada, pero primero se debe visitar la casa del encargado por las llaves y una linterna, puesto que la entrada está cerrada con una reja la cual tiene un candado y adentro es totalmente oscuro. Pensé que el encargado acompañaría por lo menos para abrir el candado, pero me dio las llaves y la linterna y dijo que cuando saliera cerrara y  devolviera la llave, bueno para mi no e problema.


El sendero desde el camino hasta la cueva estaba cubierto por maleza en algunos tramos pero lo bueno era que estaba marcado. Alrededor hay cultivos de  maíz, café, arroz, yuca, plátano, entre otros.


Una vez dentro y encender la luz de la linterna, es otro mundo, formaciones de calcáreas por donde mirara, de todos los tamaños y formas, es impresionante. Tiene varias galerías de distintas dimensiones  pequeñas y otras de grandes dimensiones que sobrepasan los 15 metros de altura y más de 20 metros de diámetro, algunas con el techo alto y otras que se tiene que caminar agachado, siempre mirando al techo para no golpearse la cabeza con alguna estalactita. La mayoría de las entradas que comunicaba una galería con la otra son estrechas y se pasaba con las justas.


Es una experiencia que vale la pena vivir, tienen que hacer ese viaje al interior de las entrañas de esta bella región de la selva peruana.

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